Crítica: “El lado dulce de la traición” el erotismo como único elemento narrativo

Hemos sido testigos de cintas que buscan mezclar el erotismo con el suspenso; algunas lo han logrado de forma efectiva hilando elementos importantes de la historia como Basic Instinct, pero algunas otras se han vuelto predecibles y con una conclusión irracional. Un ejemplo de esto es El lado dulce de la traición, la nueva cinta de Diego Freitas, un thriller que revela un secreto a raíz de una relación apasionante. 

Basada en la novela del mismo nombre (“O lado bom de ser traída” en su idioma original) de la autora brasileña Sue Hecker, la historia sigue a Babi, una contadora que parece tener la vida que siempre había soñado junto a su prometido, pero todo cambia cuando ella descubre la infidelidad de su futuro esposo, una situación que la lleva a tener una relación con Marco, un juez que también esconde secretos y que podrían poner en riesgo la carrera y la vida de Babi. 

La historia parece tener originalidad a primera vista, pero conforme va avanzando la película es difícil comprender cuál es el hilo conductor de los personajes. En ocasiones parece que se están contando dos historias completamente distintas: la de Babi (Giovanna Lancellotti) y la de Marco (Leandro Lima). La cuestión aquí es que no terminas de empatizar con ninguno de los dos protagonistas. Ambos han sufrido, sus relaciones pasadas los han obligado a cambiar de rumbo, pero la narrativa no ayuda en lo absoluto para que nos conectemos con la pareja estelar. 

El director Diego Freitas apuesta por reflejar el vínculo de sus personajes a través de los montajes entre Babi y Marco teniendo intimidad, pero su conexión como pareja queda en segundo plano. No hay química entre ellos y parece que lo único que los mueve es el erotismo desenfrenado, y eso es totalmente comprensible al inicio de su relación, pero hacia el final del largometraje queda claro que esa falta de compatibilidad es intrínseca de ambos. Incluso parece que Babi le tiene más afecto a su motocicleta que al propio Marco.

En cuanto a las interpretaciones, el carisma de Giovanna Lancellotti (Ricos de Amor) es evidente en la pantalla y es ella quien logra rescatar los elementos del drama y el humor en las situaciones que se presentan a lo largo del filme. El resto del reparto tiene sus momentos para brillar, pero son desaprovechados, sobre todo el de Camila de Lucas (Nunca Estuviste Sola) quien da vida a la mejor amiga de Babi, pero su papel se ve reducido en su promiscuidad y nula relevancia. 

Podemos agregar El lado dulce de la traición a la lista interminable de películas que trataron de calentar una historia, pero se quemaron en el intento. Su desarrollo carece de creatividad debido a la mala ejecución de su fórmula cómica y erótica. La falta de los detalles narrativos reflejan un resultado cliché, y aunque al final el producto no es un completo desastre tampoco es algo que no hayamos visto antes en la trilogía de Fifty Shades of Grey.

“El lado dulce de la traición” ya se encuentra disponible en Netflix

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