Rabia de Jorge Michel Grau es una película aparentemente sencilla en su narrativa y técnica, pero la realidad es que en su fondo yacen imágenes desconcertantes que acompañan discursos propositivos con respecto al duelo y los vínculos entre padres e hijos que no se logran restaurar después de una pérdida importante. Esta nueva cinta de Michel Grau es intensa y construye de forma interesante la figura del hombre lobo en un mundo real (y mexicano).
Alberto (Juan Manuel Bernal) y su hijo Alan (Maximiliano Nájar) no están bien debido al prematuro fallecimiento de la madre de Alan. Ellos deciden dar un giro de 180 grados al irse a una casa conocida pero poco frecuentada con el objetivo de repensar las cosas y poder vivir su duelo en paz, sin embargo, en el lugar se topan con vecinos que los odian por cuestiones familiares del pasado. La vida de ambos corre riesgo y en el proceso Alan comienza a experimentar alucinaciones que le hacen creer que su papá es un ser salvaje y parecido a un hombre lobo sin piedad ni raciocinio.
Durante la primera parte del metraje de Rabia, Jorge Michel Grau (Perdida) se encarga de confundir al espectador: ¿Por qué los vecinos odian a Alberto y Alan?, ¿por qué murió en realidad el hermano de Alberto y quién lo asesinó?, ¿acaso fue el mismo Alberto o fue linchado por los vecinos?, ¿por qué Alberto actúa de forma tan violenta a la menor provocación? No sabemos si lo que sucede es real, pero resulta que estas preguntas obtienen sus respuestas a fuego lento cuando notamos que todo es visto desde los ojos de un niño de menos de 10 años que interpreta al mundo desde una visión abrumada por sus emociones.
Existe una delgada línea entre lo real y lo falso, entre la visión de Alan y lo que en realidad sucede y esa es la sólida base para desmenuzar los comportamientos violentos de Alberto, pues Grau, a través del guion, exacerba sus actos hasta llegar al límite: Alberto, para Alan, es un hombre lobo. Pero ojo, no de esos que la literatura y Hollywood han construido, sino uno más cercano a la realidad, el cual guarda proporciones humanas, es salvaje y come incluso perros.
Alberto es interpretado magníficamente por Juan Manuel Bernal (Marioneta), quien entrega a un padre sumamente dolido por la muerte de su esposa y violento la mayor parte del tiempo. Maximiliano Nájar (Los lobos) es el centro de la historia, ya que la mayoría de lo que pasa en la película es visto desde sus ojos, unos ojos que han visto poco y que por ende todo lo relaciona con lo que está a su alcance: las historias sobre seres fantásticos como los hombres lobo.
Grau sigue la premisa “menos es más”, pues con pocos y bien utilizados valores de producción, como espacios reducidos y poco iluminados, logra una cinta intensa que le puede provocar ansiedad al espectador. Rabia es un filme propositivo con tintes de suspenso y terror, cuya mayoría de secuencias son vistas desde los ojos de un niño, al mismo tiempo que plantea una visión más acorde a la realidad de la licantropía.
“Rabia” ya está disponible en Amazon Prime Video.